Fernando Briones Instituto Microelectrónica del CSIC Defendió en Santander el funcionamiento de modelos como el estadounidense o el chino, donde laboratorio y empresa van de la mano, y «no necesitan comprar ciencia a otros»

«No me pregunte qué es la nanotectología, por favor, eso está muy bien explicado en Wikipedia».

Lleva razón. Lo importancia del debate no se centra ya en la descripción de una ciencia capaz de crear robots más pequeños que un virus, con aplicaciones que alcanzan desde la Microelectrónica hasta la Medicina. Es más apasionante contemplar cómo este nuevo conocimiento cambia el mundo. Fernando Briones es profesor de Investigación del Instituto de Microelectrónica de Madrid (perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Está temeroso. «Europa no se da cuenta de que el mundo ha cambiado. Los chinos dejaron de copiar hace diez años y la investigación en las economías emergentes crece a una velocidad de vértigo». Fue el invitado de honor de las jornadas organizadas hace unos días por el Centro Tecnológico de Componentes de Cantabria (CTC), en Sodercan. Habló de ‘Nanomateriales para la industria’; aunque pertenece a esa casta de científicos capaces de trascender lo concreto de su ámbito para hablar de investigación con mayúsculas, de política, de lo que haga falta que atañe a la ciencia. Y lo hace, con ganas…

-Pensé que China seguía siendo paradigma de mano de obra barata…
-Lo es, pero no solo de eso. Los chinos se han molestado en invertir en investigación mucho más de lo que lo han hecho los españoles, por ejemplo. No tenemos ni idea de lo que está cambiando el mundo. Los chinos ya no copian, dejaron de hacerlo hace diez años. Las grandes multinacionales están trasladándose allí. Todo va muy deprisa. Y eso que dicen de que su problema es el modelo político, tampoco vale…

-Han sabido conjugar bien comunismo y capitalismo…
-Ellos ven el país como una gran empresa, con más de 90 millones de trabajadores. De hecho, se ríen de nosotros cuando hablamos de libertad, de democracia, de derechos. Nos preguntan en qué empresa occidental que conozcamos los empleados eligen por sufragio a los directivos y presidentes. No nos llevemos a engaño, es un gigante tremendo que sabe cual es su papel en el mundo globalizado.
-La investigación en Nanotecnología se ha potenciado en España en los últimos cuatro años con un crecimiento anual del 25%. El problema es que en países como China llevan haciendo lo mismo una década. Tanto es así que no solo en Nanotecnología, en otros muchos campos, ya ha superado el nivel estadounidense en en laboratorio. Tenemos que darnos cuenta. No solo fabrican aparatos, todos estos cachivaches electrónicos que usamos en el día a día. Ahora son productores de conocimiento, de ciencia.
-China produce 280.000 investigadores al año mientras que EE UU alcanza tímidamente los 140.000. Además, la mitad de estos últimos son chinos que estudian en el extranjero y que están retornando a casa. Con lógica, en China un investigador está cobrando cuatro veces más que en España, por ejemplo. Y todo esto son datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), no me los invento yo. Solo hay que comparar la balanza comercial de los continentes, que suele ser proporcional a la inversión en ciencia. La europea va hacia abajo y la China asciende…

-¿Quizá la clave no esté tanto en la investigación como en la innovación, en la trasferencia de conocimiento?
-Estamos absolutamente equivocados cuando hablamos de innovación. Cuando viajas por el mundo, te das cuenta de que nadie conoce la naturaleza de este término, es una invención española, y por cierto bastante desafortunada. Tanto que está arruinando nuestra economía.
-Hace tiempo que el mundo ha olvidado el concepto de empresa y laboratorio como entes separados. En todas partes funcionan juntos, conociendo sus necesidades, sus trabajos, con sus apoyos. La innovación se inventó en España en los años ochenta para mantener laboratorios con fondos públicos y es un error. Tenemos que quitarnos de la cabeza que tiene que haber alguien que produzca ciencia para que otro la compre. Sencillamente, las empresas debieran hacer ciencia, no comprarla. Deberían crearla con su dinero, con su tecnología. Así funciona en otras partes, en EEUU, en China, etc. Es el único modo en el que podremos competir en la sociedad del conocimiento en la que estamos. De lo contrario, estaremos condenados a pagar por lo que otros inventan, y el beneficio será para ellos.

-Parece que su idea encaja en el esquema que quiere dibujar esta región, con una universidad que está estrechando fuertes lazos con el entramado empresarial…
-Por eso estoy aquí, porque creo en este proyecto. Pero es que está claro que es hacia donde hay que ir. No hay más que mirar alrededor. Y en ese sentido hay que buscar esa conjunción entre la empresa y el laboratorio, para que trabajen juntos. Recuerdo una conversación con un empresario amigo. Le pregunté hacia dónde dirigía más sus esfuerzos: hacia la investigación o hacia el desarrollo. Inteligente, respondió que él estaba muy preocupado por el ‘+’ del I+D. Lo entendí rápidamente, se refería a esto de lo que estamos hablando. Aún hay mucho trabajo por hacer aquí.
-Es verdad, hablemos…

-Por ejemplo, se contemplan muchos usos de esta tecnología que sorprenden. Hay quien dice que el cáncer se curará introduciendo millones de minirrobots en el torrente sanguíneo programados para destruir solo las células afectadas. ¿Esto es ciencia o ciencia ficción?
-Tiene parte de verdad. En España hay del orden de 2.500 investigadores trabajando en Nanociencia. Alguno de ellos en este tratamiento. Exactamente consiste en lo que se llama funcionalizar la nanopartícula, el nanorrobot, de seis nanómetros, más pequeña que un virus. Se le recubre de unas proteínas que reconocen al instante las células cancerosas al contacto y se adhiere a ellas. Después, se proyectan unas ondas electromagnéticas sobre la zona que calientan hasta 45 grados centígrados la partícula y queman la célula, la matan, la destruyen.
-Alguno lo está aplicando ya en animales.

-¿Cual será la aplicación nanotecnológica que más revolucionará la vida en los próximos años?
-La nanotecnología ocupa el 90% de la vida. Está en los móviles, en el microondas, en el televisor, en las tarjetas de crédito, en todas partes… Es imposible dilucidar eso…

-¿No hay ninguna expectativa que pueda ocupar el primer lugar?
-No lo sé, la verdad. Quizá se podría pensar en una aplicación importante en el sentido que sea la que más va a modificar la sociedad, en la vertiente positiva, entiendo…

-¿Hay sentido negativo? ¿Habla de armamento?
-La industria del armamento, corrupta y anticuada, no compite desde hace años.
-Hace tiempo que se vio pasada por la industria civil.
-Pero es fácil de explicar… La ciencia es cada vez más colectiva, colaborativa. La gente se basa en las patentes de otros para sus desarrollos, en el conocimiento científico, en los avances pequeños y en las especializaciones de cada uno. Imaginemos lo complicado y costoso que es mantener un laboratorio secreto. Con una cantidad ingente de profesionales trabajando, sin contacto ninguno con nadie más. Al final se han dado cuenta que se puede hacer también al revés. Contratas a la empresa civil para que desarrolle un modelo armamentístico de su último invento, que generalmente tiene algún componente añadido sin importancia que encarece el precio en gran medida, y punto.

-Es cierto que la ciencia es cada vez más colectiva…
-Además, la carrera de la competencia tecnológica supera con creces las carreras armamentísticas que hemos conocido a lo largo de la historia. La importancia de ser el primero en tener el último cachivache en el mercado espolea a las empresas de forma inimaginable en el desarrollo de nuevas tecnologías.

-Olvidamos la primera cuestión… ¿Una aplicación estrella de la nanotecnología para el futuro?
-Un ejemplo claro es Google, capaz de encontrar una cosa que te interesa buscando en tres mil millones de páginas web, en una décima de segundo.

-Pensé que eso eran matemáticas…
-Y supercomputadores, dispersos por todo el mundo…

-Ese esquema que permitirá hacer realidad el concepto de Nube, que sustituye a la Red…
-Ahí hay una aplicación clara. Ahora nos comunicamos por correo electónico y ya ni nos acordamos cuando nos escribíamos cartas con sello. Supongo que en un futuro habrá saltos similares.

-Al final no explicó lo que es Nanotecnología…
-Porque la mejor explicación es la observación. La vida inventó la Nanotecnología mucho antes que el ser humano. Miremos nuestros cuerpos, una amalgama infinita de células coordinadas en favor de la existencia. Es una tecnología perfecta, y testada por el paso de miles de años de evolución, de contraste por ensayo error. Todos los aparatos que creamos nosotros, todas estas aplicaciones, en cierto modo, ya las ha hecho la naturaleza.
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