Nanofibras, nanomateriales, nanocomponentes, nanotubos; en los últimos tiempos el prefijo ‘nano’ es sinónimo de futuro y la palabra nanotecnología, de la ciencia que nos puede llevar a conseguir aplicaciones que hace pocos años ni nos atrevíamos a imaginar. Se han alcanzado ya avances significativos en diferentes campos, como la medicina o la electrónica, y en el mercado existen multitud de productos basados en esta tecnología que van desde los cosméticos a la ropa que no se arruga. Pero ¿de qué hablamos cuando decimos que algo es nano?

La nanotecnología, en sí, no es ninguna ciencia, sino un instrumento aplicable a todas, y que consiste en el diseño y la producción estructuras ínfimas –más pequeñas de 100 nanómetros (100 millonésimas de milímetro)–. Y su interés, aparte de poder trabajar con materiales de reducidas dimensiones, reside sobre todo en el cambio radical que con frecuencia experimentan las propiedades físicas y químicas de la materia cuando se trabaja a esta escala. Y es que la resistencia o la conductividad se comportan de forma totalmente diferente, lo que en la práctica se traduce en un tejido que repele el agua o en bicicletas ultraligeras que a la vez son extraordinariamente fuertes.

Uno de los campos industriales en los que esta tecnología está experimentando un mayor auge es el de las pinturas y los revestimientos, ya que la adición de nanopartículas pueden dotarlas de propiedades excepcionales. Y en este área se enmarca uno de los proyectos que tiene en marcha la empresa Trastechnics Baleares que, junto con el clúster de innovación marina de las Illes Balears, IDimar, está desarrollando un producto especial orientado al sector náutico que busca acabar, entre otros problemas con el del fouling –organismos acuáticos que se adhieren a los cascos de las embarcaciones– y que serviría también para proteger boyas, tuberías, cadenas y diferentes tipos de infraestructuras marinas.

«La base del producto ya está lista, comenta Pedro González Enseñat, investigador y presidente de Transtechnics Baleares, y estamos a punto de comenzar la fase de pruebas, que realizaremos en diferentes clubs náuticos de las Islas». El punto de partida para este proyecto ha sido un innovador barniz para madera que este investigador desarrolló hace tres años para una firma italiana, y que está elaborado con nanopartículas de plata.

El tratamiento de las superficies con este producto impide el desarrollo de bacterias como la salmonela, estafilococos, Escherichia coli o Candida –su crecimiento se reduce en un 99%–. De hecho el uso de este barniz al agua, que no contiene biocidas ni desprende sustancias peligrosas para la salud, es idóneo para entornos donde la higiene es un requisito prioritario como cocinas, baños o comedores. La innovación reside en el poder de la plata combinado con la nanotecnología.

En el caso del producto destinado para la naútica, lo que buscan es que, además de ser anti fouling o anticorrosivo, reduzca la resistencia al avance de las embarcaciones, lo que supondría no sólo la disminución de los costos de combustible, sino también de las emisiones de CO2. Y, aunque en principio, está pensada para el sector marino, podría tener aplicaciones interesantes en otros campos, como el de la construcción, incorporándolo a diferentes materiales.

Los liposomas, vesículas extraordinariamente pequeñas (de tamaño nanométrico) compuestas principalmente por fosfolípidos organizados en bicapa, y que tienen una estructura y composición análogas a la membrana celular, son la base de la mayoría de los desarrollos de la empresa Transtechnics Baleares.

González Enseñat lleva investigando en el campo de la nanotecnología desde finales de los años 80 y ha desarrollado numerosos productos basados en los liposomas. Hace un año trasladó su laboratorio de Barcelona al Port de Andratx donde ha creado un centro de I+D interdisciplinario y una planta de producción. Su empresa Trastechnics tiene tres filiales (TT-Farma, TT-Cosmética, TT-Industria) destinadas a distintos sectores de mercado, ya que dispone de tres tecnologías base para la producción de los diferentes tipos de liposomas.

El objeto social de la empresa es el desarrollo, elaboración y comercialización de materias primas, productos o métodos basados en nanoestructuras, principalmente liposomas, producidos con tecnología propia y destinados a diferentes tipos de aplicaciones, en este caso la pintura para el sector náutico.

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